Para que se conserve toda sociedad requiere que las personas se ajusten a sus grupos, y estos, como las instituciones y otras formas sociales, se ajusten a la sociedad donde tiene vigencia.
La integración de las personas a los grupos o sociedades se realiza por medio de la socialización, donde adquieren la cultura y una vez integrados actúan o se comportan según las normas y otros medios usados por el control social.
Esta serie de diversidad de sociedades, grupos y culturas junto con la singularidad de las personas originan una serie de diferencias en el proceso de socialización y control social, estos no pueden lograr una homogeneidad total en la conformidad de las personas con valores, modelos, pautas, normas o reglas de comportamiento social.
En toda época y lugar, han existido, existen y existirán personas y grupos que se aíslan, apartan, rechazan o violan las normas del comportamiento social en un mayor o menor grado, es decir, no se adaptan a tales normas, produciendo una desviación la cuál en la medida que tiende a generalizarse produce la anomia o la no-aceptación de normas o rechazo a esta, en otras palabras, la desviación. Por lo que, nos conlleva al estudio, análisis y realización de la presente investigación.
Por tanto, su importancia radica en la influencia, que tiene la música, en los jóvenes y adolescentes, entre 13 y 17 años.
A todo esto, se a determinado, mediante una serie de factores en el ámbito psico-social, referentes a la influencia de la música en los adolescentes, que la música es un elemento cultural muy adoptado por las nuevas generaciones, muchas veces, debido al contenido violento y degenerador que contiene, tanto en la música, y a veces en las letras, y como una manera de expresar sentimientos de rebeldía, rabia y tristeza en el joven.
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